martes, 18 de enero de 2011

LA TRAICION DE MARIANO IGNACIO PRADO

                                      
     Mariano ignacio prado Presidente Constitucional  1867-68  




De este caso histórico me he ocupado varias veces, pero no he visto la forma de hacer que el peruano lo entienda. Me refiero al "cuento" ese de la "traición" de Mariano Ignacio Prado, que "huyó" a Europa con las joyas de las damas limeñas, joyas destinadas a la compra de armamento para defensa contra los chilenos.Según un correo recibido, "el 18 de diciembre del mismo año el presidente Prado, a escondidas, se embarca en el Callao en un vapor que iba a Panamá llevándose el producto de la colecta que el pueblo peruano hizo para comprar dos barcos blindados. Según el idiota que escribe el correo, Prado renunció a su cargo y se fue a París. Falso. En pleno viaje, Nicolás de Piérola derroca a Prado y reimpide el retorno. Nicolás de Piérola sí fue el gran traidor, sólo comparable con Judas, Casio, Bruto, Benedict Arnold y varios más. Prado sí compró los barcos. Uno fue la cañonera Lima que sirvió en el Amazonas hasta los años cincuenta. La otra fue embargada por la marinería británica porque no les enviaban sus sueldos. ¿Y quién prohibió el envío de los sueldos? Pues nada menos que el enano ridículo de Piérola. Conviene que se sepa que Piérola se coludió con el general Iglesias y con el ejército chileno para derrotar a Andrés Avelino Cáceres, su mortal enemigo político. A Piérola el destino del Perú le importaba un carajo en tanto pudiese librarse de sus rivales sea como fuere.También es interesante otro correo recibido en el que hace algunas preguntas muy especiales. Por ejemplo:"¿Cuánto dinero se necesitaba para adquirir armas y naves para el Perú y qué monto porcentual de aquella suma podía ser aportado por joyas y valores de las damas ricas de Lima? O, comparativamente, ¿qué caudal y valor de joyas de damas ricas actuales de Lima se necesitaría para comprar un par de "destroyers", una docena de "Mirage" o un centenar de tanques?"."Si de acuerdo con el censo de 1940 Lima tenía 600,000 habitantes, ¿cuántos habitantes podría tener Lima en 1879? ¿350,000? ¿400,000?"."Suponiendo existían 400,000 almas en Lima, una inexistente clase media, solamente las damas ricas podían realmente aportar sus joyas. ¿Cuántas damas en esta capacidad existían? ¿1,500? ¿3,000?¿Cuál sería el volumen y peso de todas aquellas joyas? ¿Cabrían todas en un solo buque? ¿Habrían que realmente haber formado un convoy? ¿Se conoce realmente la identidad y tonelaje del buque que transportó a Prado, el aforo de sus bodegas, etc.?¿Se inventariaron las joyas en su identidad, calidad, cantidad y valores? ¿Se les expidieron a las damas bonos de guerra para que el Estado peruano les retribuyera su valor luego de que la guerra hubiera acabado?"¿Qué ruta habría emprendido la nave que conducía a Prado y las joyas a Europa? ¿La de Magallanes-El Cano? ¿Todo el Pacífico, toda Asia hasta Europa, vía Cabo de Buena Esperanza? No pues. Una locura. ¿Mandarse por la costa chilena y cruzar el Cabo de Hornos? No llegaban ni a La Serena. ¿El istmo de Panamá? (El canal no existía aún). ¿Mulas, asaltantes, piratas?""¿A qué puerto europeo arribó la nave de Prado? ¿Liverpool? ¿Le Havre? ¿Génova? ¿Barcelona? ¿Qué dicen kis archivos de los principales bancos y casas comerciales de dichas posibles ciudades? ¿Dan cuenta de valores o joyas traídos por el Presidente del Perú... y depositados todos en una cuenta personal probatoria y consolidatoria del presunto robo? ¿Nada?"¿Guarda coherencia o tiene un sentido mínimamente lógico el atribuir el origen de la fortuna Prado al "robo" de las joyas por el presidente Prado? ¿Cómo cuantificar equivalentemente el monto de lo "robado" contra el capital inicial de la fortuna? ¿Por qué no se acepta -ni siquiera menciona- el origen de dicha fortuna en un boom financiera y empresarial de banca y seguros que la familia Prado supo bien trabajar a inicios del siglo XX? ¿Los Prado habrían estado en inferioridad de capacidad intelectual que, por ejemplo, los AÑAÑOS, para crear honradamente una fortuna?"La inmediata asociación ROBO-FORTUNA, sin pasar por ninguno de los estadios lógicos que involucran las preguntas anteriores, ¿no tienden acaso a sospechar más en un factor envidia que nos es tan caro a los peruanos?""Finalmente, caballeros, aunque por el sentido de mis preguntas puede fácilmente colegirse que no creo en la entrega, el transporte ni mucho menos en el robo de las joyas por el presidente Prado, héroe del 2 de Mayo apenas 13 años antes, y padre de Leoncio, héroe de Huamachuco, no tengo todas las respuestas".Yo sí tengo una suerte de respuesta. Años más tarde, el repugnante enano, la basura De Piérola, siendo presidente del Perú, le levantó a Prado el baldón de "traidor". Y no sólo eso: se inclinó ante él como si fuera una imagen de Cristo. A esos extremos llegaba esa basura, cuya nombre debe ser borrado de todos los muros y monumentos del Perú.Hasta más vernos.
Andrés Bedoya Ugarteche
LA ORTIGA

sábado, 11 de julio de 2009

Combate de Concepción




Chile solo reconoce que en toda su historia no ha perdido ni una sola guerra pero si una sola batalla , la de CONCEPCIÓN , 32 kilometros al norte de Huancayo el 9 y 10 de Julio de 1882 , ellos los guerrilleros de AMBROSIO SALAZAR Y MARQUEZ,vencedor del cobate se SIERRALUMI , contador concepcionano que estudio en la universidad de San Marcos , diriguio 105 guerrilleros de Comas y 79 de Andamarca , y con los pueblos aledaños a Concepción en dos dias de fieros combates , aniquilar totalmente a la crema y nata de la plutocracia militar chilena ,( alli murierón el hijo de Montt , Pratt , el sobrino del coronel Del Canto jefe de las dos divisiones chilenas del centro acantonadas en Huancayo ,los hijos de fundadiores de Chile como el capitan Carrera Pinto ) gracias a que el ejercito peruano , al mando del sinuoso coronel Juan Gasto que dirigia los batallones América , libres de Ayacucho y Pucará, al recibir un balazo en el ojo uno de sus comandantesordena a las 8 de la noche del dia 9 de Julio abandonar el combate dejando a su suerte a los lugareños , y no como nos cuentan los historiadores que ensalzan los triunfos de los militares y plutocratas y no mencionan los triunfos del pueblo , como el de Concepción , ese mismo dia ganamos las batallas de Marcavalle y Pucará II , la de Marcavalle duro 5 minutos y murio solo un chileno , pues al ver los 76 chilenos que eran atacadas por 1,200 soldados de Cáceres con 11 cañones traidos de Bolivia (inicio de la gran contraofensiva de Julio 1882) , además de 5,000 gerrilleros que se desplegaron por las alturas con cañas filosas aparentando que eran bayonetas y otros 5,000 al otro flanco , decidieron huir y unirse a otras tres compañias en Pucara, y dar batalla a la 12 del medio día , alli si aniquilamos mas de 200 chilenos , y fue una victoria total del ejercito de Cácers , ambas no la reconoce Chile pues afirman sus historiadores que estaban yaen retirada hacia Lima , con mas de 600 enfermos de tifus , mientras que el grueso del ejercito chileno acantonado en Huancayo , v marchan hacia el sur para recuperar Pucará , enfrentandose a Cáceres en Zapallanga , miesntras ocurrian estas tres batallas 6am. Marcavalle, 12 m Pucará II , y 4 pm. Zapallanga , mas al norte en Concepción 32 Kilometros el pueblo abandonado por la division de Juan Gasto , se batia sin armas contra los chilenos bien municionados y provistos de fusiles Comblain II de repetición , las calles , la plaza y acequias de Concepcion estaban totalmente tintas de sangre de tantos heroes , hasta que alguien les dijo , "si el ejercito peruano con armas no ha podido desalojar a los chacabucos de la iglesia , Uds menos sin armas , las guerras no se ganan con armas sino con estratejias" , ¿y cuál es tu estratejia? la respuesta fue el reunir 27 latas de Kerossene , con lo que rociaron toda loa iglesia , a las 10 pm , era unagigantesca hoguera , los unicos 11 chilenos sobrevivientes fueron fusilados sin mas trámite , cuenta la historia del historiador militar Mayor EP . Mendoza Melendez , lo siguiente . "El cholo de pronto dio un grito de alegria , había encontrado al chileno que buscaba , con un largo cuchillo corto la cabeza inerme y con ella se diriguio a la plaza donde se escuchaba la algaraza de los vencedores , alli ocurria algo mas trájico que lo ocurrido en combate , las mujeres chilenas y peruanas esposas de los oficiales chilenos con sus hijos imploraban piedad , el cholo es reconocido por su hermana la cual habia parido mellizos durante el combate , con voz alocada por el terror lo llama , pobre infeliz , donde creyo hallar la salvación encontro la muerte , su propio hermano le golpea fuertemente el rostro haciendole soltar los mellizos , diciendole , toma tu chileno mala hija , el que por tu culpa violo y mato a mi madre , y con el mismo cuchillo quemomentos antes dezcuartizara el cuerpo del soldado chileno comenzo a degollar a su hermana que a sus pies ya tenia exanime por el terror" . Esto es obiado por Basadre para solo contar , los fracasos , las pérdidas peruanas , las violaciones a nuestras mujeres y las traiciones , por lo que el complejo peruano ante la derrota se mantiene , el caracter fiero y vengativo se nos oculta , para mantenernos sumisos , y el pueblo peruano no pueda superar el trauma de la guerra del pacifico aunque han pasado muchos mas años que la II guerra mundial trauma que ya los europeos han superado . Hoy en chile se conmemora con crespones negros y bandera a media asta como el día del holocausto del ejercito chileno , en el desfile militar la Bachalet observa el cuerpo que tiene el honor de abril el desfile , son 77 oficiales vestidos a la usansa de los chilenos que murieron en l,882 , portando los corazones de elos que fueron rescatados y enviados en alchol a Chile , miesntras que en el Perú tanto Alan Toledo y Fujimori , no recuerdan nada de esto para no incomodar a nuestros agresivos vecinos . (nunca hermanos) . ¡QUE SE SEPA LA VERDAD CARAJO!






EL ANTES Y EL DESPUÉS   DEL COMBATE DE CONCEPCIÓN 
Por: Milagros Martínez Muñoz. 

un connotado historiador militar chileno ha publicado en “Military 
Review” un extenso artículo consagrado  a exaltar lo que considera  el 
“pináculo de la gloria” del ejército de su país, la “sublimación del 
heroísmo” pretendidamente alcanzada en lo que llama el Combate de la Concepción. 
Entendible es que lo haya hecho con suma vehemencia, toda vez que la fecha en que 
se realizó esa acción de armas ha sido escogida para que los soldados chilenos juren 
solemnemente fidelidad a su bandera. Y más entendible aún si se atiende a que ha 
surgido en Chile un grupo que ha cuestionado “la legitimidad de (sus)  glorias 
militares y... el carácter vencedor de (su) ejército”, como se destaca, precisamente, 
en los párrafos finales del mencionado artículo. 
El citado historiador hace incluso  un parangón entre los chilenos que 
combatieron en Concepción y los peruanos que defendieron el Morro de Arica, lo que 
no puede aceptarse por ningún modo considerando que aquellos eran invasores que 
saqueaban, violaban y asesinaban, en tanto que los bravos de Bolognesi luchaban en 
aras de una causa noble, cual era la defensa de nuestra integridad territorial y del 
honor de nuestra bandera. 
Además resulta criticable, desde todo punto de vista, que llevado por la 
vehemencia el citado historiador militar consigne más de una falsedad en su artículo. 
Pone en duda que la completa aniquilación de la cuarta compañía del batallón 
“Chacabuco” obedeciese a la sed de venganza de los guerrilleros peruanos. Dice más 
bien que “la carnicería (fue)  efectuada por (las)  tropas (del general Cáceres)”. 
Tergiversa los hechos obviando, por supuesto, toda referencia a los antecedentes del 
combate, negando validez alo testimonio de Cáceres según el cual “los guerrilleros, 
testigos y víctimas de los crueles atropellos, saqueos, violaciones e incendios de los 
chilenos, les dieron un furioso asalto, del  cual no se salvó ni uno solo de los 76 
hombres que componían el destacamento enemigo”. 
El comandante Ignacio Carrera Pinto,  jefe de los chilenos derrotados en 
Concepción, estaba muy seguro del dominio represivo ejercido por su ejército en el 
valle del Mantaro, al extremo que el mismo 9 de julio de 1882, a pocas horas del 
combate, solicitó al coronel Robles, que  iba a Huancayo llevando dinero y calzado 
Upara sus tropas, se quedara en Concepción para ser presentado al pueblo, “alabando 
el carácter de sus habitantes”, conforme se anota en el artículo que refutamos. 
Robles no aceptó la sugerencia y siguió a Huancayo, lo que  le salvó la vida. La muerte 
de Carrera Pinto se iba a lamentar sobre manera porque era sobrino de Aníbal Pinto, 
el presidente chileno que declaró la guerra al Perú. Y también la de sus “Chacabucos” 
porque sus oficiales  no eran simples “rotos” sino hijos de esclarecidas familias 
chilenas. 
La situación de ese jefe enemigo no resiste comparación con la de Bolognesi en 
Arica. Carrera Pinto podía recibir refuerzos de otras guarniciones chilenas muy 
cercanas. Su suerte no estaba echada. Lo  derrotó la sorpresa, no la superioridad 
bélica, pues los guerrilleros combatían con armas primitivas, piedras, hondas, lanzas 
y rejones. Según varios testimonios, al verse en derrota los ocupantes chilenos de 
Concepción se rindieron; sólo que esa rendición no fue aceptada por las víctimas de 
sus execrables vejámenes. Se les dio el mismo trato que ellos daban a los 
combatientes de La Breña. “Hoy no hay prisioneros” o “hoy no queda un indio vivo” 
fueron frases acuñadas por los invasores. Y cruelmente cumplidas varias veces, por 
ejemplo en Huamachuco. 
Por eso tal vez que algunos sectores en Chile hayan cuestionado las supuestas 
“glorias militares” de su ejército en la guerra de agresión contra el Perú. Porque tanto 
como el combate de Concepción Chile honra el de Iquique, donde parte de sus 
marinos masacró sin miramientos a los náufragos de la “Independencia”, 
precisamente a las mismas horas en que Miguel Grau salvaba a los vencidos de la 
“Esmeralda”. ¡Qué diferentes son Arica, Angamos y La Breña! 
Grave debe haber sido ese cuestionamiento al punto de  que el Jefe del 
Departamento de Geografía Militar y Geopolítica de la Academia de Guerra del 
Ejército de Chile ha debido escribir un artículo en “Military Review” tratando de 
explicar a sus compatriotas, y a la opinión internacional, que ellos también tuvieron 
“glorias militares”. Sólo así comprendemos que termine su artículo  respondiendo al 
grupo de sus compatriotas que cuestiona tales “glorias militares” en términos casi 
patéticos: “Están confundidos. Es seguro que quienes han asumido esa débil 
campaña, están completamente confundidos. En La Concepción... el Ejército.... ha 
sido sólo un instrumento del Estado y de la Nación. Es cierto que las llamamos 
glorias militares..., pero,  por sobre todo, son glorias nacionales, son glorias chilenas... No permitamos que nos enceguezca la luz de una opción política, por 
legítima que sea”. 
En el propósito de contribuir a saber si los cuestionadores de las “glorias 
militares” del ejército chileno están confundidos o no lo están, reseñaremos a 
continuación algunos hechos que se dieron en el marco histórico del combate de 
Concepción. 
PRE COMBATE  
Andrés Avelino Cáceres, al momento  de emprender desde Ayacucho  la  
memorable contra ofensiva  de 1882 lanzó  una proclama al ejército de su mando, 
denunciando lo que llamó “salvajismo” perpetrado por los invasores chilenos  en 
los pueblos  del Centro, exhortando a sus huestes para la vindicta. Dijo entonces el 
Jefe  de  La  Breña:  “Hoy  la salud y la honra del Perú nos llaman al 
departamento de Junín, allí donde los pueblos han levantado  la 
sagrada enseña de la nación  contra el invasor; allí  donde éste, 
haciendo ostentación de salvajismo, ha reducido a escombros los hasta 
ayer  florecientes pueblos, allí donde gimen y vagan sin hogar  y sin 
pan, las mujeres, los ancianos y los niños, demandando vuestra 
protección y su venganza; allí, en fin, donde la providencia ha 
determinado que presentéis al mundo un espectáculo de un puñado de 
valientes que luchan por la integridad e independencia de la patria y 
que prefieren la muerte a la deshonra”. (Documento publicado en el “Diario 
Oficial”, editado por el ejército de ocupación, Lima 18 de julio de 1882). 
Similares referencias a los actos de barbarie chilena, donde el latrocinio y el 
asesinato fue una constante, pueden  hallarse en numerosos documentos de la época. 
Se repitieron en muchas ciudades, villas y aldeas, en el afán de dominar por el terror 
a sus pobladores. Pero el efecto fue contraproducente para los chilenos, pues 
entonces se alzaron por doquier las guerrillas, plegándose con vehemencia a la causa 
de la resistencia patriota.  
Por  sólo  citar  un  caso,  en  el  diario  “La Unificación Nacional”, que los 
seguidores de Cáceres editaron en Ayacucho el año 1882,se lee lo siguiente: “En los 
días 14, 15, 16 y 20 del presente (abril de 1882) han tenido lugar varios 
encuentros, de no escasa significación, entre las guerrillas y las fuerzas 
invasoras. El enemigo, siempre aleve y pretendiendo dominar por el terror a los nuestros, tomó Chupaca  el 20, y después  de entregarse a 
todo género de crueles y sangrientas represalias, incendió el pueblo que 
ha quedado convertido en escombros y ruinas. Empero, las esforzadas 
guerrillas, lejos de intimidarse ante ese espectáculo tan deplorable, que 
ha puesto una vez más de manifiesto el salvajismo chileno, han jurado 
seguir luchando por la patria hasta sucumbir heroicamente, antes que 
rendirse con vergonzosa timidez  a sus abominables enemigos... El 
grandioso ejemplo de los pueblos, las sagradas conveniencias del país, y 
más que todo los sentimientos del honor y del patriotismo, han decidido 
al vencedor de Tarapacá, Pucará y Acuchimay a marchar sin pérdida de 
tiempo a las comarcas de Junín convertidas hoy en teatro de 
sangrientos y gloriosos sucesos”. (Documento publicado en el libro de Luis 
Guzmán Palomino titulado “Campaña de La Breña. Colección de Documentos 
Inéditos: 1881-1884”, pp. 160-161). 
Por si pudiera quedar duda respecto a la crueldad de los invasores, tenemos el 
testimonio irrefutable del historiador chileno Gonzalo Bulnes, quien en el tomo III, 
pág.  291,  de  su  libro  “Guerra del Pacífico” (Santiago de Chile, 1911), refiere que 
una semana antes del combate de Concepción tuvo lugar muy cerca de ahí una 
matanza de guerrilleros indígenas, que según sus propias  palabras fue un acto por 
demás condenable: “El mismo día (2 de julio de 1882) salió de Tarma un 
destacamento de 30 hombres de  Carabineros de Yungay, al mando del 
teniente don Tristán Stephan, en  combinación con otro pelotón de 
infantería de 60 hombres a cargo del capitán don Severo Amengual. La 
infantería no pudo hacer nada  porque  la montonera enemiga se 
retiraba de cerro en cerro, guardando distancia; no así la caballería, 
que encontrándose, cauce de por medio con los peruanos, en un puente 
en que el río no tenía vado, los valerosos jinetes lo pasaron a nado, y 
enseguida precipitándose sable en mano sobre la montonera, la 
desorganizaron y pusieron en fuga, matándole 60 hombres y tomándole 
48 prisioneros. Esta acción de valor esclarecido –concluye el historiador 
chileno- fue manchada con actos de crueldad que la historia no puede 
justificar”. 
Luis Alayza y Paz Soldán,  amigo personal del mariscal Cáceres, en su libro 
“La Breña. 1882. Cáceres. El Campeador”,  refiere que ”una semana antes (del combate del 9 y 10 de julio), y no lejos de Concepción, había hecho el 
capitán chileno Stephan una masacre de indios” (t. II, pág.104). 
Por eso el historiador chileno Gonzalo Bulnes anotaría que, en represalia, “las 
comunidades indígenas preparaban sus armas (contra)  esos invasores 
que les habían arrebatado sus ganados y destruido sus villorrios” (t. III, 
pág. 288). 
POST COMBATE 
En el parte oficial peruano firmado en  Tarma el 19 de julio de 1882, por el 
Comandante en Jefe del Ejército del Centro,  Coronel Francisco de Paula Secada, 
dirigido al General Andrés Avelino Cáceres, se consigna a la letra: “El 12 ocupamos 
Concepción, que el enemigo había evacuado en la víspera después de 
incendiar el templo y las mejores casas de la ciudad, y de saquearla por 
completo, asesinando sin excepción de sexo ni edad a cuantas personas 
se pusieran a su alcance, en desagravio de la pérdida que sufrieron de 
los 72 hombres de la guarnición de aquel lugar, a consecuencia del 
ataque que el domingo 9 emprendió sobre ella, como estaba acordado, 
el Coronel Gastó, con las pequeñas columnas de  Libres de Ayacucho, 
Pucará y los  Guerrilleros de Comas. Entre las personas impunemente 
fusiladas, figura el anciano don Juan Salazar, persona principal y 
honorable del lugar, y entre los extranjeros europeos que fueron 
saqueados, el respetable médico señor Yournet, súbdito francés, a quien 
dejaron además gravemente maltratado a golpes, habiendo quizá 
fallecido a la fecha”. 
Zoila Aurora Cáceres, la hija del Jefe de La Breña, en sus anotaciones al 
opúsculo de Jorge Guillermo Leguía titulado  “El Centenario del Mariscal 
Andrés A. Cáceres”, que ella imprimió en Lima el año 1939, menciona que casi 
inmediatamente después del combate de Concepción el jefe chileno coronel 
Estanislao Del Canto, que venía en retirada después de su derrota en Marcavalle y 
Pucará,  ordenó el incendio de ese pueblo y el asesinato de indefensas personas, 
llegando a la vesanía: “Del Canto mandó incendiar todo el pueblo y que los 
ancianos fueran arrojados a las hogueras” (pág. 36). 
En el parte del prefecto de Junín, coronel Guillermo Ferreyros, al prefecto de 
Ayacucho, coronel Remigio Morales Bermúdez, documento fechado el 12 de julio de 1882, encontramos referencia a los actos de barbarie perpetrados por los invasores: 
“Las fuerzas chilenas, en su precipitada fuga, incendiaron la población 
de Concepción, después de haberla saqueado y cometiendo todo género 
de barbarie. Igual suerte le ha cabido a los pueblos de Matahuasi. 
Ataura y San Lorenzo”. (Documento publicado en el libro de Luis Guzmán 
Palomino titulado “Cáceres, Inmortal”, Comisión Nacional del Sesquicentenario 
del natalicio del Mariscal Andrés Avelino Cáceres,  pág 108). 
Luis Alayza y Paz Soldán, historiador que ya hemos citado, consigna el 
testimonio de Mercedes Gamarra y Montero, quien fuera testigo presencial de los 
sucesos de Concepción. Por ese emotivo testimonio sabemos que los chilenos 
saquearon e incendiaron la iglesia del pueblo patriota ante el espanto de las jóvenes 
mujeres que habían buscado refugio cruzando el caudaloso río: “Ahí estaba yo con 
otras muchachas del pueblo  –narró doña Mercedes Gamarra-, cuando 
Concepción completamente incendiada por los chilenos en represalia 
del asalto de la guarnición, era sólo un hacinamiento de escombros. 
Desde la otra banda del Mantaro  vimos desplomarse con estruendoso 
espanto la hermosa cúpula de la iglesia y sumergirse en un mar de 
llamas, después los invasores recorrían los caminos y las estancias 
buscando a quien matar. Cuando se retiraron los incendiarios cruzamos 
el río y vinimos a llorar sobre las ruinas humeantes de nuestros 
hogares. De pronto una voz vibrante  gritó: ¡Ahí viene el General!  Yo 
estaba al borde del camino de Huancayo cuando llegó el general con su 
polaca azul y su kepíes rojo y saltó a tierra para abrazarnos; pero no 
podíamos oír sus palabras de consuelo o de venganza, por que entonces 
el gemir y la salmodia de las mujeres que rodeando al héroe lloraban 
por las desgracias que habían cubierto de sangre y dolor a Concepción, 
llegaban a la nota mas alta”. (Luis Alayza y Paz Soldán, “Mi País. En las 
Breñas del Perú”, pág. 22). 
Manuel F. Horta fue un periodista que acompañó a Cáceres en la gloriosa 
contraofensiva de 1882. Escribió una crónica detallando sus principales episodios, 
que fue publicada en  “El Eco de Junín” el 26 de agosto de aquel año. Allí 
encontramos, entre otras importantes y  exclusivas referencias,  párrafos 
espeluznantes sobre el salvajismo perpetrado por los chilenos, que reproducimos a 
continuación: “Después del combate en Concepción nuestras fuerzas desocuparon la ciudad, emigrando con ellas sus habitantes, temerosos 
de las represalias del grueso del ejército chileno que retirado de 
Huancayo debía pasar por ese lugar. Los chilenos derrotados en alto de 
Marcavalle y en el combate de Pucará, en su retirada hicieron alto en 
aquella ciudad... En (ella) apenas habían permanecido 20 habitantes, de 
los cuales 18 fueron pasados por las armas inmediatamente, entre ellos 
el señor Salazar, escapándose a los  cerros dos. Todas las casas fueron 
saqueadas e incendiadas por los chilenos al abandonar la población. LA 
CIUDAD DE CONCEPCIÓN NO ES HOY MÁS QUE RUINAS. DE LAS 
CUATRO MANZANAS DE CASAS DE  QUE SE COMPONÍA, NO EXISTE 
NINGUNA EN PIE. LOS HORRORES DE LA GUERRA PARECE QUE SE 
HUBIERAN AGLOMERADO SOBRE ESE INFELIZ PUEBLO PARA 
OFRECERSE EN TODA SU DESNUDEZ, FORMANDO UN CUADRO 
INFERNAL, PROPIO PARA CONMOVER A LOS CORAZONES MAS 
EMPEDERNIDOS. A su paso por Matahuasi los chilenos se entregaron  a 
los mismos actos de barbarie, asesinando alevosamente a mas de 20 
infelices para vengar el espantoso desastre de que habían sido víctimas 
las fuerzas de Concepción. El ejército chileno continuó huyendo... 
cargando con los despojos del pueblo, saqueado e incendiado después, 
trayendo muebles, ropa y mercaderías que a su paso por Jauja ofrecían 
en venta a los habitantes de aquella ciudad por un precio ínfimo”. 
En esa misma crónica se consigna que un jefe chileno se vanaglorió de la 
barbarie perpetrada en Concepción: “A las 4 p. m. (del 14 de julio) el 
Comandante Barahona, jefe de esta plaza (Tarma), convocó a todos los 
notables del lugar y a la colonia extranjera a una reunión en las que les 
participó que la vida de los habitantes de la población dependía del 
modo como fuesen tratados sus soldados: en caso de hostilidad 
entregaría la ciudad al saqueo y haría pasar por las armas a toda la 
población, sin distinción de edad, sexo y nacionalidad. EL PUEBLO DE 
CONCEPCIÓN, CONCLUYÓ DICIENDO, HA AYUDADO A LOS 
MONTONEROS A BATIR A NUESTRAS  FUERZAS,  PERO  TAMBIÉN  LO 
HEMOS CASTIGADO SEVERAMENTE; AQUEL QUE QUIERA VER LO 
QUE ES UN SAQUEO, QUE VAYA  A ESA MALHADADA CIUDAD Y SE 
HORRORIZARÁ CON EL CUADRO INDESCRIPTIBLE QUE SE PRESENTARÁ A SU MIRADA”. (Documento publicado en el libro “Cáceres, 
Inmortal”, citado, pág. 100). 
El historiador Jesús R. Ponce Sánchez es quien  con mayor detalle y 
documentadamente se ha referido a estos sucesos, en el libro  “El Asalto de 
Concepción”, que en julio de 1959 se publicó en Huancayo. En el capítulo que titula 
“Las represalias” hace referencia a los asesinatos y saqueos, incluyendo puntual 
referencia  al robo de las joyas de la Virgen patrona del pueblo.  Y concluye diciendo: 
“La población quedó pues a merced de la soldadesca que primero la 
saqueó totalmente y luego la incendió, hasta quedar convertida 
Concepción en una gigantesca hoguera. El 11 de julio fue pues una 
verdadera hecatombe” (pág. 44). 
Relatos de sobrevivientes traerían a recuerdo que “el coronel Estanislao 
Del Canto ordenó, en represalia del hecho (la derrota del 9 y 10 de julio 
de  1882),  la  destrucción  de  la  ciudad, la misma que fue entregada al 
saqueo de la mayor parte de las viviendas, al incendio de los principales 
edificios, inclusive la iglesia matriz y al fusilamiento, sin conmiseración 
ni respeto, de ancianos, niños e  inválidos. Los cadáveres quedaron 
tendidos en los ámbitos de la población y sus alrededores: nadie se salvó 
excepto los que alcanzaron a refugiarse en el Convento de Ocopa o en la 
alturas. EL FLAGELO SIN PRECEDENTE DURÓ HASTA LA MAÑANA 
DEL 11 DE JULIO, DÍA EN QUE EL ENEMIGO SIGUIÓ VIAJE DEJANDO 
LA CIUDAD CONVERTIDA EN UNA CUADRO PAVOROSO”. (Véase el 
artículo  Combate de Concepción,  publicado en el libro  “La Resistencia de La 
Breña. Contraofensiva de 1882”, Comisión Permanente de Historia del Ejército 
del Perú, Lima 1982, pág. 285). 
Cáceres, por su parte jamás olvidaría  tan macabros sucesos, y ya en su 
ancianidad, al dictar sus “Memorias” al mayor Julio C. Guerrero, recordaría que 
“EL ENEMIGO, EN SU FUGA, INCENDIÓ LOS PUEBLOS DE 
CONCEPCIÓN, MATAHUASI, MATAMALZO, ATAURA Y SAN LORENZO, 
ASESINANDO AL PASO A MULTITUD DE INDEFENSOS POBLADORES”
(Biblioteca Militar del Oficial N° 40, Lima, 1976, pág. 180). 
Con tal marco de referencia,  bien escribió Luis Alayza  y Paz Soldán que la terrible 
venganza guerrillera, tras las diecisiete horas consecutivas que duró el combate del 9 
y 10 de julio de 1882, con muerte y mutilación de 73 chilenos del batallón “Chacabuco”, además de sus cantineras,  “fue una moderadísima retaliación  
de los prolongados excesos de crueldad  de los invasores. Viene a pelo 
recordar aquí que el 21 de mayo del 79 el Contralmirante Grau advirtió 
a los tripulantes de la “Esmeralda” que la iba  echar a pique, y cuando la 
nave se hundía procedió a salvar a los náufragos; y horas después el 
Comandante chileno Condell  exterminaba con sus ametralladoras, en 
Punta Gruesa, a los náufragos de la “Independencia”  que trataban de 
salvar a nado. El Contralmirante Lynch había bombardeado con sus 
blindados los puertos y caletas indefensos del Perú. En todas las 
batallas de la guerra terrestre los chilenos triunfadores repasaban 
inhumanamente a los heridos, desde Pisagua hasta Miraflores. Letelier, 
Bouquet, Roa, Anacleto Lagos, Stephan, Robles, Germaín y otros cien 
incendiaron pueblos y aldeas, atropellaron a las mujeres, asaltaron, 
fusilaron, masacraron, practicaron vejámenes, robos, hurtos, 
raterías... contra los indígenas de Concepción y de Junín, y jactábanse 
de matar indios como quien aplasta hormigas”. 




*LA GUERRA DEL GUANO Y EL SALITRE*

EL 7 DE JUNIO 1880. EN ARICA SE GESTO UNA DE LAS PAGINAS MAS DIGNAS DE LA HISTORIA PERUANA LUEGO DE CONOCIDA LA DERROTA EN EL ALTO DE LA ALIANZAY LA CAPTURA DE TACNA (26 de Mayo de 1880),QUEDABAN SOLO DOS POSIBILIDADES PARA LOS SOLDADOS PERUANOS EN ARICA RETIRARSE AL ESTE ABANDONAR EL PUERTO MAS ESTRATEGICO DEL SUR O BIEN QUEDARSE A PELEAR HASTA EL FINAL LOS SOLDADOS PERUANOS, CON EL CORONEL FRANCISCO BOLOGNESI OPTARON POR QUEDARSE Y ANTE EL PEDIDO DE RENDICIONDEL ENEMIGO DECIDIERON LUCHAR HASTA QUEMAR EL ULTIMO CARTUCHO